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Julio Férnández Bulté: Pensamiento claro y lúcido

Julio Férnández Bulté: Pensamiento claro y lúcido

El destacado profesor, jurista y politólogo cubano Julio Férnández Bulté, fallecido en esta capital a los 71 años, educador por más de 40 años y autor de una veintena de textos, recibió el homenaje de estudiantes, profesores y personalidades del país.

Luego de tener al Aula Magna de la Universidad de La Habana como última morada y recibir guardias de honor y ofrendas florales en nombre Fidel Castro y del presidente Raúl Castro, sus cenizas fueron esparcidas en la plaza Agramonte, de la casa de altos estudios, donde fue Profesor de Merito.

Fernández Bulté prestigió la Universidad de la Habana con su gallardía y pensamiento claro y lúcido, que lo llevaron a defender de forma ardiente causas como la libertad de los cinco antiterroristas cubanos, encarcelados en Estados Unidos, precisó el rector de esa institución, Ruben Zardoya.

Como homenaje al prestigioso intelectual, publico una entrevista exclusiva difundida en 2004:

 

Cuba- Sociedad civil: respaldo al gobierno sin tanques en las calles

 

 

Desde el privilegio del debate, la reflexión, la crítica y la inquietud, la sociedad civil cubana se transforma y se potencia constantemente, aseguró el profesor titular de la Universidad de La Habana Julio Fernández Bulté.

En entrevista exclusiva con Prensa Latina, el destacado especialista en leyes y politología explicó que en sus repetidos ataques a Cuba, Estados Unidos califica a la sociedad civil en la isla como anulada e inexistente, negando su capacidad organizativa y renovadora.

Una llamada Comisión de Ayuda para la Libertad de Cuba, que elaboró el plan aprobado por el presidente George W. Bush, propuso entre sus medidas aumentar de siete a 29 millones de dólares el presupuesto supuestamente dedicado a potenciar y desarrollar la sociedad civil cubana.

El plan calificado por Fernández Bulté como el sueño de una noche de verano, pretende destruir la Revolución y contempla además un paquete de restricciones que afectan directamente a la familia cubana, no importa de qué lado del estrecho de la Florida vivan.

Remontando el tiempo, es en el siglo XVII cuando surge el concepto de sociedad civil. El Hombre se organiza civilizada y políticamente.

Fernández Bulté explicó además que, en el siglo XIX, con este término se producen cambios importantes pues los liberales burgueses lo asociaron con un segmento de la sociedad enfrentado en el campo político al Estado, lo cual reduce el sentido de la sociedad civil.

Es el pensamiento más avanzado de Carlos Marx el que brinda una visión diferente, argumentó, pues la plantea como una organización de la familia, de la sociedad, de los estamentos de las clases en correspondencia con una manera en la cual esa sociedad produce, consume y distribuye.

Agregó que es la forma de organización de la vida real y se corresponde con un estado que la oficializa, por lo que no se inventa, ni se construye. Toda sociedad tiene una sociedad civil.

En la historia del concepto, Henry Kissinger, secretario de estado de Estados Unidos

(1973-1977), tuvo su papel protagónico, pues relanzó el término alrededor del 1970 levantando para Europa del Este la idea y la política de enfrentar el llamado estado totalitario, explicó el especialista.

Colocó así frente a los gobiernos los sectores de oposición, entre ellos el sindicato Solidaridad, a los que dio el nombre de sociedad civil. "La jugada le salió", expresó Fernández Bulté, en su usual lenguaje ameno y coloquial.

En 1995 Richard Nuccio, asesor para Asuntos de Cuba y el Caribe, promulgó el uso de la Ley Torricelli de 1992, para intensificar el bloqueo, indicó.

Pretendía así destruir y dividir la sociedad civil cubana al promover el contacto pueblo a pueblo, con el llamado Carril Dos de dicha ley. Pero, evidentemente, se le ha descarrilado, apuntó.

Señaló que la sociedad civil cubana se distingue por los cambios generados a partir de 1959 por la Revolución, que eliminó la sociedad civil del capitalismo, con sus males, vicios y corrupciones. A partir de 1961 se configura una nueva con carácter socialista, dijo.

La noción de sociedad civil no está divorciada ni separada de la sociedad política. El sistema político, el estado y la sociedad civil se interpenetran y se intervinculan, argumentó.

Sobre las organizaciones no gubernamentales (ONG), apuntó que no son sociedad civil sino que identifican a segmentos de la misma.

Los ingenieros, abogados, médicos, la gran parte de la población que se representan en los grupos de masa como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), integran también la sociedad civil cubana, destacó.

Refirió que en Cuba están muy enraizadas las tradiciones revolucionarias, pues esta sociedad ha sufrido transformaciones radicales.

Recordó que cuando el derrumbe del campo socialista Cuba se quedó sola, al menos aquí en el hemisferio occidental, y tuvo que abrirse al mercado internacional, al turismo y a la inversión extranjera, y de alguna manera significó un tremendo impacto en la sociedad civil cubana, pero preservó sus conquistas y su identidad.

Al ser interrogado sobre la forma en la cual partidos de derecha y fuerzas políticas izquierdistas utilizan en sus luchas ese concepto, comparó que estos últimos enarbolan la sociedad civil para enfrentarla a un Estado que no la representa adecuadamente.

Añadió que las de izquierda se oponen a quienes no representan a los subdesarrollados, a los sin tierras, los negros, las minorías étnicas discriminadas, a la mujer y sus derechos, los intereses y la voluntad de los pueblos, por lo cual la sociedad civil se convierte entonces en un instrumento de lucha.

Como ejemplo citó los Foros Sociales paralelos, donde se deja oír la voz de los pueblos, de la sociedad civil que se revela contra las injusticias del capitalismo, los cuales consideró más radicales y avanzados que las cumbres y reuniones gubernamentales.

Por el contrario, la derecha esgrime el concepto de sociedad civil para solidificar y petrificar su forma de explotación o lanzar políticas como las de Kissinger o Nuccio con vistas a enfrentarla a regímenes progresistas.

En Venezuela, explicó, el estado oficializa la transformación de su sociedad civil mediante campañas como Barrio Adentro y Misión Robinson, que brindan educación y salud masivamente.

Aunque es un término del que también se sirven las derechas, expresó, es un noble concepto de izquierda, de los revolucionarios, de los pueblos del mundo.

Los principales violadores de los derechos humanos son los que más hablan de ellos y no por eso se dejan caer esas banderas, resaltó, lo mismo sucede con la sociedad civil, la cual la ultraderecha politiza y manipula, expresó.

Fernández Bulté refiere a Antonio Gramsci, como preclaro en cuanto al pensamiento de Marx, el cual llenó de fecundidad, dijo, y señala que de acuerdo con él, una clase en el poder ejerce la hegemonía no con la violencia, sino con el consenso logrado en la población.

Los regímenes sin respaldo popular son los que tienen que sacar los tanques a la calle todos los días, subrayó, pues no tienen el dominio ideológico de la sociedad civil.”

Un barrio chino en La Habana

Un barrio chino en La Habana

Un pórtico chino en uno de los más céntricos barrios habaneros anuncia la presencia en Cuba de tan milenaria cultura y el arraigo aquí de sus costumbres y tradiciones.

Establecido en la segunda mitad del siglo XIX en lo que es hoy el centro habanero, allí se asentaron los chinos vinculados a la construcción de lo que entonces era la ciudad extramuros, así como los dedicados al sector tabacalero.

Los comercios crecieron con rapidez y ubicaron a la arteria peatonal conocida como el "Cuchillo" como uno de los principales centros de ese florecimiento, donde se instalaron restaurantes y otros comercios y servicios.

Este espacio, considerado el corazón del Barrio, es escenario para la tradicional Danza del León, que desde 1983 se rescató en la isla caribeña.

De acuerdo con investigadores, la presencia de los primeros chinos en Cuba data de 1847. Llegaron en condición de culíes o trabajadores asalariados para participar sobre todo en labores agrícolas.

Tras las guerras de independencia de Cuba, en las que la participación de los chinos fue muy destacada, éstos se insertaron en la sociedad principalmente como comerciantes, lavanderos, en puestos de frutas, comercios al detalle, restaurantes y fondas.

Para revitalizar el Barrio Chino de La Habana, hace más de una década surgió un grupo promotor con el propósito de interactuar con nativos y descendientes que viven en el lugar.

Además, se trabaja para rescatar y enriquecer la cultura y las tradiciones traídas a Cuba, por lo que dirige su accionar a los niños y adolescentes, con quienes se vincula a través de talleres, conversatorios, exposiciones, entre otras actividades.

Asimismo, el grupo tiene a su cargo la atención de más de una veintena de chinos naturales de avanzada edad sin amparo filial, a quienes garantiza servicios de salud, vestuario, calzado y apoyo espiritual.

La creación artística está en manos de Hua Qu, un colectivo de pintores que integran un proyecto para el cultivo de las artes plásticas de la milenaria cultura asiática.

En su haber tienen varias exposiciones, entre las que se incluye una amplia muestra de miniaturas, una de las más vistas es la plasmada en los muros del parque Shan Hai, que recoge la historia de la inmigración china a Cuba.

Los Festivales de Chinos de Ultramar se celebran cada año y constituyen la posibilidad de intercambiar y comerciar con nacionales del gigante asiático.

El Barrio Chino de La Habana deviene hoy uno de los sitios más populares para degustar típicas comidas orientales. Desandar sus calles guía el olfato hasta exóticos condimentos que se mezclan con el ambiente místico creado por el dominio de rojos y dorados.

Hasta la actualidad llegan las costumbres de etiqueta para un banquete chino y lo principal es asegurarse de que la comida sobre, así como tienen que servirse cinco platos como mínimo.

Las artes marciales, que caracterizan a China y sus tradiciones, tienen expresión aquí en un grupo de jóvenes entrenados en el Wushu por el profesor Roberto Vargas Lee, quienes se han destacado por su brillante participación en eventos de categoría mundial.

Los asiáticos siguen aquí sus tradiciones funerarias y celebran lo que se conoce como el Día de los Fieles Difuntos Chinos, por lo que cada año acuden al Cementerio Chino, ubicado en una de las más céntricas avenidas de la capital.

Allí se reúnen amigos y familiares que limpian las tumbas y ofrendan a los muertos adornos florales, comidas, así como dinero, joyas, ropas y calzados hechos de papel, que se queman para que le llegue al difunto.

Aunque agregados a las raíces de los cubanos, junto a españoles y africanos, los chinos de la isla conservan intactas costumbres, tradiciones, manifestaciones artísticas, trajes y religiones de su tierra, que matizan la idiosincrasia nacional.

Yanomamis entre cristales y concreto

Verdes puros de la vegetación amazónica, animales en su autóctono medio de vida, todos mezclados con los indígenas yanomamis, sus aldeas y formas dejan la necesaria reflexión y la certeza de que no hay presente sin pasado.

Esto encuentra el visitante que llega al Museo de Bellas Artes de Venezuela ante una colección de dibujos que pretenden ofrecerse como un acercamiento a las raíces venezolanas y no como exóticas creaciones artísticas.

Aislada de la palpitante Caracas, la sala seis de esta institución abrió un espacio entre clásicos universales como Amelia Peláez y Wifredo Lam para la expresión más genuina de los yanomamis, una etnia indígena sudamericana.

La experiencia de tres adultos al tocar por primera vez herramientas de la plástica, pudiese impresionar como dibujos salidos de las manos de un niño.

Una mirada amable y respetuosa al trabajo de Diógenes, Cirilo y Torero, nombres criollos de los artistas, da una visión diferente de la selva, del sol, de las montañas y ríos, de animales indómitos y de maneras de organizar la vida dentro del grupo poblacional.

La sencillez de un bote se entrelaza con lo que pudiera semejar una nave espacial en las más puras interpretaciones de la realidad de quienes forman las cimientes de esta nación.

La muestra responde a lo que en un inicio fue un experimento antropológico del investigador Antonio Pérez transformado en exposición pictórica.

El rescate de los dibujos que rompen, en suma, las comodidades a que está acostumbrada la racionalidad corrió a cuenta de la curadora Isabel Huizi, quien da la posibilidad de conocer con los ojos “otro” indígena.

Los yanomamis son una de las etnias más estudiadas y representadas por artistas criollos en obras alusivas a su vida y la forma de ver la naturaleza venezolana, pero estas creaciones son el primer acercamiento a su visión desde su propio medio.

Según estudios, actualmente los yanomamis no sobrepasan los siete mil 500 y están en constante movimiento por los territorios del sudeste de Venezuela y noroeste de Brasil.

Hoy la población indígena de esta nación sudamericana alcanza apenas 534 mil de los 26 millones de habitantes, algunos estiman que la cifra es mayor, pero muchos viven en regiones todavía aisladas y otros niegan su origen por temor a la discriminación.

Hasta hace poco los indígenas eran excluidos y apartados. Tras aprobada la Constitución en 1999, con la que se da inicio a la V República, se restablecieron los derechos de los pobladores autóctonos, a la semilla nacional.

Quizá el mérito del conjunto de dibujos se diluye en lo novedoso de no seguir una teoría artística para recoger un hecho.

Más allá está la posibilidad de soltar la imaginación y apreciar el enigma y el misterio que brinda la ocasión de disfrutar de una muestra tan poco común en museos.

El éxtasis que dan los verdes, amarillos, marrones y naranjas pudiera servir además para recordar a quienes caminamos por asfaltos, entre ruidos del mundo civilizado, que todos los días se estrecha más el lugar donde se originó nuestra especie.

En Venezuela salta agua del lugar más profundo

En Venezuela salta agua del lugar más profundo

En Venezuela, donde se mezclan los más distintos parajes naturales: arenosos desiertos, exuberantes selvas, lagos, ciénagas, ríos inmensos y macizos montañosos, se encuentra la catarata más alta del mundo.

Desde un kilómetro antes de llegar hasta el Auyan Tepuy, uno de los tepuyes (montaña plana en la cima) más conocidos, se puede divisar el Salto Ángel.

Con 979 metros de altura supera unas 15 veces a las afamadas Cataratas del Niágara, que sirven de frontera natural entre Canadá y Estados Unidos.

Ingeniosas comparaciones aseguran que el agua cae desde una elevación similar a la de tres edificios Empire States, de Nueva York.

El Parque Nacional Canaima, donde se encuentra el Salto Ángel, abarca tres millones de hectáreas y es el tercero más grande del mundo. Está ubicado en la región de Guayana al sur del estado Bolívar.

El río Churún, afluente del Carrao, es el asiento del salto de agua descubierto en 1937 por el aviador y aventurero estadounidense James C. Angel, de quien recibió el nombre.

Tras la muerte del piloto sus cenizas se depositaron sobre el salto a petición propia.

Los indígenas lo llaman Kerekupai-merú, que en la lengua pemón quiere decir "salto del lugar más profundo".

Otros dicen que también es conocido como Churún-merú, aunque ese nombre corresponde a otro salto de unos 400 metros de altura.

La tercera catarata más alta del mundo, de 771 metros, en Chachapoyas, en la selva de Perú, fue descubierta recientemente por el explorador alemán Stefan Ziemendorff y un grupo de investigadores peruanos.

La Chorrera, como la llaman los nativos de la región peruana, se mantuvo escondida hasta la actualidad tras la leyenda que cuenta sobre una sirena habitante de sus aguas, guardiana de un recipiente de oro, quien es protegida por una gigante serpiente.

El anecdotario de la zona recoge la muerte del agricultor Juan Mendoza, de quien se dice quedó atrapado en una de las rocas de la impresionante elevación.

Tugela Falls, en Sudáfrica, de 948 metros, es la segunda en altura.

El Salto Ángel es un sitio de gran interés turístico, y varias empresas ofrecen paseos en avionetas alrededor del sitio donde comienza la caída del agua, aunque el recorrido en bote ofrece la visión del salto entre las nubes y es el más solicitado.

El culto del olivo-elefante de Caracas

En una mística mezcla, cientos de venezolanos unen su fervor católico con el misterio que encierra un árbol de rugoso tronco y una rama diferente del resto que asemejan partes de un elefante.

Resulta curioso ver como feligreses asisten a la misa de viernes santo en la catedral de Caracas y se dirigen luego a venerar el olivo que hace las sombras de uno de los paseos del Parlamento en las cercanías de la céntrica Plaza Bolívar.

Colocan monedas en las grietas de extraña forma y adoran al supuesto elefante, cuyo culto tiene sus raíces en tierras hindúes.

Las peticiones van desde ayuda a la suerte, a la economía y hasta para la salud.

Grupos de creyentes se relevan para colocar las monedas y cumplir con la tradición -que nadie tiene la certeza cuando surgió- de poner una y quitar otra.

Al preguntar sobre la costumbre, pude conocer que el metálico retirado se guarda para ponerlo al siguiente año.

Algunos realzan los valores simbólicos que el olivo tiene para la cristiandad, así como sus aceites y aromas para los ritos de alabanzas y funerarios.

La planta es custodiada durante todo el día por oficiales de seguridad, quienes piden a los visitantes no maltratar la corteza del árbol.

Muchos lo besan, orarn y hay hasta quienes evaden la custodia y le arrancan algún trocito o raspan partes del tronco para ver correr su resina, pues, según la leyenda urbana, “llora sangre”.

Por años, muchos caraqueños visitan el lugar sin saber el origen de tan extraño sincretismo entre arraigadas costumbres de la India, donde se cree que el elefante es un animal de notable inteligencia, y la entrega espiritual que implica el viernes santo.

En la India antigua el culto a los elefantes estaba relacionado con la lluvia y las buenas cosechas, en la actualidad, es símbolo de la buena suerte.

A una divinidad con cabeza de elefante, llamado Ganesha, se encomiendan los hindúes antes de iniciar alguna empresa importante. A él le piden los escritores, es el dios de los comerciantes y de la riqueza obtenida del trabajo.

Aunque la transculturación venezolana no tiene lazos directos con el Lejano Oriente, si son muy conocidas aquí las esencias espirituales del mundo simbólico de los países de esa región.

Todos los devotos del olivo-elefante coinciden en regresar nuevamente la próxima semana santa, con sus monedas y peticiones, más confiados en que si bien no hace, mal tampoco.

La virgen de los Andes venezolanos

La virgen de los Andes venezolanos

Con las nubes entre los brazos, aparece el monumento a la Virgen de la Paz, en la cúspide de una de las más empinadas cuestas de los Andes venezolanos, donde se ubica la ciudad de Trujillo.

Comparada por su inmensidad con la Estatua de la Libertad, en Nueva York, o el Cristo Redentor, en Río de Janeiro, se alza como la más elevada de América del Sur, pues está a unos mil 700 metros por encima del nivel del mar.

Para los trujillanos es un recinto donde hallar la más pura espiritualidad y religiosidad.

La gruta de la peña, que sirve de pedestal a la virgen, es sitio de peregrinación, al que acuden pagadores de promesas, creyentes a rezar y se escuchan los sonidos de los salves para retribuir favores concedidos.

Contemplada al bajar por las calles de la urbe, sus 46,72 metros de altura y su peso de mil 200 toneladas, mezclados con los grises de las nubes y los verdes oscuros andinos, trasmiten la paz que su nombre encierra.

Moldeada en una armazón de acero revestida en concreto, fue diseñada por el arquitecto Manuel de la Fuente e inaugurada el 21 de diciembre de 1983.

En un día claro y despejado desde su mirador más alto, al nivel de los ojos de la virgen, la vista se puede perder en los límites del estado de Trujillo o en parte de la sierra nevada de Mérida y de la costa sur del Lago de Maracaibo.

Otros cuatro miradores están repartidos en toda la magnitud del monumento.

El primero a nivel de la rodilla, a una altura de 18 metros, el segundo mirador se halla en la mano izquierda, el tercero se encuentra en la mano derecha, a 26 metros y el cuarto está en la cintura.

Historiadores cuentan que la obra se erigió en tributo a la patrona del estado, pues esa ciudad fue fundada en 1557 y bautizada como Trujillo de Nuestra Señora de la Paz.

Quienes habitan la localidad hablan con orgullo de la aparición de la Santísima Virgen María, en 1570, justo en la elevación donde se instaló el monumento.

Los más imaginativos recrean la historia de la visión mezclándola con la magia que encierran los paisajes de los más intrincados parajes del continente suramericano.

Cuentan de una hermosa joven que corrió hasta la gruta, desde donde los habitantes de las cercanías vieron salir destellos de luz, al acercarse al lugar era la imagen de la virgen lo que vieron a la entrada.

Algunos aseguran que llevaba una capa dorada, unos que iba a caballo y otros que estaba sentada en los cuernos de la luna.

Santa, doncella o patrona, la Señora de la Paz custodia inerme desde lo alto y con las manos en posición de entrega a esta parte de los Andes de Venezuela.

Caracas: hierba, indígenas y ciudad

Caracas: hierba, indígenas y ciudad

La hierba caracas, a la cual debe su nombre esta capital, es considerada un alimento altamente nutritivo, con propiedades medicinales y amplio uso en los más importantes ritos tradicionales de los nativos de estas tierras.

El origen de la planta, de corto penacho rojo, se remonta cerca de siete mil años atrás, y tuvo para mayas, aztecas, incas y caribes tanto valor como el arroz para los chinos.

En Venezuela también se le conoce por huautli, amaranto, pira o bledo.

El historiador Iván García comentó que el nombre de la urbe, fundada en 1567, está asociado a varias versiones.

Las leyendas cuentan que, al arribo de los conquistadores de España a estas regiones, los indígenas maceraban yerbas, y al ser interrogados sobre el nombre del lugar la respuesta fue "caracas, caracas, caracas", narró García.

Asimismo, relató que las tribus caribes que poblaban la zona también eran llamadas caracas.

Mucho antes de la llegada de Diego de Losada, fundador de la ciudad capital, el consumo de la caracas estaba presente en atoles, tamales, aguas frescas, tortillas, y sus semillas formaban parte de los tributos que ofrecían los pueblos a sus deidades.

El sobrenombre de bledo lo adquiere la hierba por la similitud con una oriunda de los montes de España.

Las crónicas, que recogen los momentos de la colonización, reflejan las impresiones causadas por las grandes extensiones del valle sembradas de la planta, a las cuales describieron "como un lago de sangre".

Dominar a los indígenas que poblaban Venezuela no se materializó hasta el siglo XVI y las huestes españolas tuvieron que enfrentar la fuerte resistencia de los nativos.

Los escritos históricos recogen que los conquistadores acreditaban a la planta caracas, base alimenticia de los guerreros indígenas, la fuerza y la audacia en las batallas.

El contraataque consistió además en eliminar las plantaciones e introdujeron el trigo y otras menos nutritivas.

Forma parte de la historia venezolana la intransigencia del cacique Guaicaipuro, quien desafió a las tropas que intentaron dominar el valle, con una unión de indígenas que derrotó tres expediciones de la conquista.

Fue Losada quien contraatacó y sorprendió a Guaicaipuro, lo acorraló en su bohío y logró darle muerte. El capitán español dio nacimiento a un pueblo en el valle, rodeado de una cadena montañosa conocida como el Monte Avila.

Lo nombra Santiago de León de Caracas: Santiago por el apóstol tradicional de las guerras de España; León por el gobernador Ponce de León y Caracas por las tribus originarias del lugar.

En la actualidad el león es el símbolo de la ciudad y está representado en el escudo de la urbe, hasta en el logotipo del equipo de béisbol.

En la religiosidad de los primeros pobladores de estas tierras, la también llamada pira tuvo vital importancia; las semillas se mezclaban con miel para formar una masa llamada tzoatlli, con la que se moldeaban figuras de deidades para diferentes cultos.

Referencias históricas señalan que las estatuillas las llamaban tapictoton y al acabar el festejo las dividían entre ellos para consumirlas.

Científicos señalan varios usos de la hierba caracas como cereal, para forraje animal, antioxidante natural y en la cosmetología, entre otras ramas.

Dentro de la medicina, es efectiva para combatir afecciones como la diabetes, obesidad, osteoporosis, hipertensión arterial, insuficiencias hepáticas y renales.

Es además fuente importante de proteínas -contiene el doble que el maíz y el arroz-, así como minerales, las vitaminas A, B, C, B1, B2, B3, ácido fólico, calcio, hierro y fósforo.

Dentro de las nuevas formas de socio-producción que se impulsan en Venezuela, surgen las cooperativas y varias de ellas se dedican al cultivo de la planta. Se prevén campañas de información sobre las propiedades de la pira del penacho rojo.

Ramadán, tiempo de fe

Ramadán, tiempo de fe


Si para los poetas la luna es inspiración de sentimientos, para los seguidores del Islam visualizar en el cielo la fase creciente lunar supone una época de acercamiento a Dios, purificación espiritual y unión entre familias.

Cuando los musulmanes del Medio Oriente y Asia vieron esta semana la luna creciente iniciaron el mes del Ramadán, dedicado a fortalecer la fe de los creyentes.

La oración del iman de cada mezquita indica que durante el día los islámicos deben abstenerse de comer, beber, fumar y tener relaciones sexuales hasta la puesta del sol.

Para los fieles, este es el mes de mayor festividad y se caracteriza por las largas veladas familiares, banquetes y regalos tras la llegada del ocaso con lo que termina un día de ayuno y recogimiento.

En el mundo musulmán, estos son días en que se abren las puertas del cielo, de los paraísos y las misericordias, y se cierran las del infierno.

Otras puertas que se cierran son las de todos los comercios expendedores de alimentos y entretenimientos, los cuales se las agencian para ofrecer sus servicios en las noches del Ramadán.

Los encuentros nocturnos con parientes y amigos son célebres por la exquisitez de los platos que llenan las mesas y sirven además para estrechar los vínculos afectivos a través de las lecturas del Corán.

Ayunar es la forma de demostrar el dominio de sí mismo, la veneración a Dios y su total adhesión a los preceptos dictados en el Corán al profeta Mahoma.

El Ramadán es uno de los cinco pilares que sostiene el credo del Islam unido a la profesión de la fe, la oración, la limosna y la peregrinación.

Aunque en la actualidad el ayuno sólo es una práctica del Islam, antiguamente era un recurso asiduo por cualquier religioso que buscaba acercarse a Dios.

Cuentan los escritos bíblicos que profetas como Moisés renunciaban a los alimentos por 40 días al año.

Pero todo el beneficio espiritual que provee el ayuno puede destruirse si se comete una de las cinco ofensas: mentir, calumniar, traicionar, jurar en falso, sentir envidia o ambición.

Si al finalizar este periodo de purificación queda algún pecado, el musulmán deberá esperar hasta el año siguiente o presentarse en la peregrinación.

Del estricto cumplimiento del Ramadán quedan eximidos los inválidos, enfermos, niños, mujeres embarazadas o que amamanten a sus hijos, así como los viajeros que su recorrido se extienda por más de tres días, quienes deberán cumplir con esta disposición islámica lo antes posible.

El próximo avistamiento de la luna naciente pondrá fin a este momento de reafirmación religiosa en la que el ayuno no sólo es renuncia, sino elevación máxima del espíritu.