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Cuba

Un barrio chino en La Habana

Un barrio chino en La Habana

Un pórtico chino en uno de los más céntricos barrios habaneros anuncia la presencia en Cuba de tan milenaria cultura y el arraigo aquí de sus costumbres y tradiciones.

Establecido en la segunda mitad del siglo XIX en lo que es hoy el centro habanero, allí se asentaron los chinos vinculados a la construcción de lo que entonces era la ciudad extramuros, así como los dedicados al sector tabacalero.

Los comercios crecieron con rapidez y ubicaron a la arteria peatonal conocida como el "Cuchillo" como uno de los principales centros de ese florecimiento, donde se instalaron restaurantes y otros comercios y servicios.

Este espacio, considerado el corazón del Barrio, es escenario para la tradicional Danza del León, que desde 1983 se rescató en la isla caribeña.

De acuerdo con investigadores, la presencia de los primeros chinos en Cuba data de 1847. Llegaron en condición de culíes o trabajadores asalariados para participar sobre todo en labores agrícolas.

Tras las guerras de independencia de Cuba, en las que la participación de los chinos fue muy destacada, éstos se insertaron en la sociedad principalmente como comerciantes, lavanderos, en puestos de frutas, comercios al detalle, restaurantes y fondas.

Para revitalizar el Barrio Chino de La Habana, hace más de una década surgió un grupo promotor con el propósito de interactuar con nativos y descendientes que viven en el lugar.

Además, se trabaja para rescatar y enriquecer la cultura y las tradiciones traídas a Cuba, por lo que dirige su accionar a los niños y adolescentes, con quienes se vincula a través de talleres, conversatorios, exposiciones, entre otras actividades.

Asimismo, el grupo tiene a su cargo la atención de más de una veintena de chinos naturales de avanzada edad sin amparo filial, a quienes garantiza servicios de salud, vestuario, calzado y apoyo espiritual.

La creación artística está en manos de Hua Qu, un colectivo de pintores que integran un proyecto para el cultivo de las artes plásticas de la milenaria cultura asiática.

En su haber tienen varias exposiciones, entre las que se incluye una amplia muestra de miniaturas, una de las más vistas es la plasmada en los muros del parque Shan Hai, que recoge la historia de la inmigración china a Cuba.

Los Festivales de Chinos de Ultramar se celebran cada año y constituyen la posibilidad de intercambiar y comerciar con nacionales del gigante asiático.

El Barrio Chino de La Habana deviene hoy uno de los sitios más populares para degustar típicas comidas orientales. Desandar sus calles guía el olfato hasta exóticos condimentos que se mezclan con el ambiente místico creado por el dominio de rojos y dorados.

Hasta la actualidad llegan las costumbres de etiqueta para un banquete chino y lo principal es asegurarse de que la comida sobre, así como tienen que servirse cinco platos como mínimo.

Las artes marciales, que caracterizan a China y sus tradiciones, tienen expresión aquí en un grupo de jóvenes entrenados en el Wushu por el profesor Roberto Vargas Lee, quienes se han destacado por su brillante participación en eventos de categoría mundial.

Los asiáticos siguen aquí sus tradiciones funerarias y celebran lo que se conoce como el Día de los Fieles Difuntos Chinos, por lo que cada año acuden al Cementerio Chino, ubicado en una de las más céntricas avenidas de la capital.

Allí se reúnen amigos y familiares que limpian las tumbas y ofrendan a los muertos adornos florales, comidas, así como dinero, joyas, ropas y calzados hechos de papel, que se queman para que le llegue al difunto.

Aunque agregados a las raíces de los cubanos, junto a españoles y africanos, los chinos de la isla conservan intactas costumbres, tradiciones, manifestaciones artísticas, trajes y religiones de su tierra, que matizan la idiosincrasia nacional.

Prensa Latina en su 49 aniversario

Prensa Latina en su 49 aniversario

La sonrisa de Ernesto Che Guevara en conversación con Jorge Ricardo Masetti es la primera imagen que ven quienes recorren los pasillos de Prensa Latina y refleja la historia desde sus inicios 49 años atrás.

La agencia informativa Prensa Latina surgió de la necesidad de crear una alternativa noticiosa en medio de una feroz cruzada ideológica contra la Revolución cubana, iniciativa que abrió brechas en el control de los grandes monopolios mediáticos y sirvió para llevar la verdad a numerosos países de América Latina y de otras regiones del mundo.

El aliento fundacional lo constituyó la "Operación Verdad", convocada por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, con el fin de dar a conocer lo que realmente sucedía en Cuba.

Así se logró quebrar las falsedades sostenidas por las agencias cablegráficas extranjeras.

Con la asistencia de más de 300 periodistas y fotógrafos, se celebró una conferencia de prensa el 22 de enero de 1959 y a partir de ella quedó clara la necesidad de que los pueblos latinoamericanos tuviesen una agencia que respondiera a sus intereses.

El 16 de junio de ese mismo año fue transmitido el primer despacho de una nueva Agencia de Noticias, Prensa Latina, que instaló en la Habana su oficina central y contaba con corresponsales en casi todas las capitales del hemisferio.

Los consorcios periodísticos de Estados Unidos le pronosticaron un solo mes de vida, lo que revela significativamente el nivel de desinformación que tenían los monopolios acerca de la fuerza con que nacía este medio latinoamericnao.

Masetti, quien se vinculó a Cuba desde la etapa en la lucha insurrecional en la Sierra Maestra, encabezó la dirección de un equipo de periodistas cubanos y de otros países latinoamericanos que se sumaron al proyecto.

El cuerpo de reporteros-redactores y corresponsales no excedía las 70 u 80 personas, lo cual no fue obstáculo para que abriera una sección de cine y televisión.

Masetti captó en América Latina a Aroldo Wall, quien abrió una corresponsalía en Brasil, a Gabriel García Márquez, en Colombia, y a Carlos María Gutiérrez, en Uruguay, entre otros.

El edificio del Retiro Médico, en 23 y N, la Rampa, Vedado, en esta capital, ha sido desde entonces la sede de la Redacción Central.

Las iniciales PL identifican en el mundo cablegráfico a una agencia que con su sola existencia representa un constante desafío al monopolio de las transnacionales de la información y es, a la vez, una manifestación de la lucha entre el pasado y el futuro de América Latina, según se reconoce.

Luego de iniciadas las labores de PL, la presencia del Che Guevara se volvió habitual, casi cotidiana. De acuerdo con los fundadores, conferenciaba regularmente con Masetti, quien lo consideraba como un asesor extraordinario para enfrentar aquellos difíciles comienzos en que la hostilidad de Estados Unidos levantaba todo tipo de obstáculos.

Los inicios de PL lo marcan dos eventos importantes: la conferencia de cancilleres, celebrada en Costa Rica, en Agosto de 1960, durante la cual Masetti fue detenido y se impidieron además las manifestaciones de simpatía hacia Cuba.

Esta agresión al Director General de la Agencia fue rechazada por los periodistas presentes en San José y denunciada como una conspiración contra la libre información de la conferencia.

El otro hecho fue el Encuentro Mundial de Periodistas en Baden, Austria, en octubre de 1960, en el que intervino Masetti y explicó que PL se creó porque había que conocer la realidad de Cuba, y lo que pasaba en los países de Latinoamérica, cuyos pueblos estaban en permanente lucha.

En 1961 se produce la agresión mercenaria a Playa Girón, ya Masetti no era el Director General, pero regresa de forma provisional a este cargo y fue en la Agencia donde se redactó la primera información trasmitida al exterior sobre la invasión mercenaria.

En Enero de 1962 PL lanzó su primera radiofoto al mundo que mostraba el rostro sonriente de Fidel Castro.

A cargo de Prensa Latina figura la edición de las publicaciones Cuba Internacional, Prisma, Correo de Cuba, Avances Médicos, Destinos y Negocios en Cuba, además del semanario Orbe.

En cualquier circunstancia histórica y latitud geográfica, la Agencia ha cumplido la misión de difundir la realidad latinoamericana y del mundo basada en los principios establecidos por Masetti.

Fiel a la Revolución Cubana y a la lucha de los pueblos latinoamericanos por su soberanía, Prensa Latina celebra hoy su 45 aniversario con muchos de los objetivos alcanzados y el principal de todos, aquel que radica precisamente en el hecho de haber mantenido en alto las ideas que inspiraron a sus fundadores.

 

Latinoamérica: el renacer del Che

Latinoamérica: el renacer del Che

El Che renace hoy en Latinoamérica como paradigma de valores humanos, por su gran capacidad de desprendimiento, hasta ofrendar su vida en aras del prójimo.

En entrevista exclusiva con Prensa Latina, el General de Brigada Harry Antonio Villegas, más conocido por Pombo, aseguró además que la figura de Ernesto Guevara de la Serna llega a miles de jóvenes en todo el continente americano. El deseo del Che de una sociedad más justa se identifica con las luchas actuales de los pueblos de este continente; su valentía y arrojo son ejemplo y empuje, señaló.

Precisó que los indígenas de varias naciones lo han canonizado bajo el principio de que todo hombre bueno, cuando muere, su espíritu hace milagros y en muchos lugares se ha convertido en San Ernesto de la Higuera.

Villegas recordó que tras la caída del campo socialista, Europa calificó al Che de profeta, pues preconizó la necesidad de resolver las deficiencias del socialismo que allí se construía.

Aunque la figura que más ha influido en la juventud con la vida y obra del guerrillero heroico, apuntó Pombo, es Fidel Castro, quien en todas sus valoraciones y análisis lo ubica como un ejemplo a seguir y como alguien que encarnó lo mejor del ser humano.

Al interrogar a Villegas sobre el Che jefe y amigo con el que interactuó día a día, lo calificó de hombre afectuoso “porque para ser revolucionario hay que tener una gran capacidad de amar”, expresó.

La entrega depende de la sensibilidad del ser humano y son esos valores los que la sociedad cubana se enfrasca en rescatar hoy, aunque no somos solo los revolucionarios quienes hablamos de esa necesidad sino toda la humanidad, sentenció.

Añadió que es insoslayable la búsqueda de la espiritualidad humana. Son los sentimientos, las cualidades lo que se busca mirar, dijo. La sinceridad, la honestidad, entre otras virtudes estaban implícitas en el Che, consideró el combatiente.

En tanto, recordó las palabras de Fidel Castro cuando dijo que el mítico luchador prácticamente reunía en sí todas las condiciones a las cuales se aspiraban para el hombre del siglo XXI.

Al hablar de la condición de jefe de Guevara de la Serna, el cual ha sido calificado de férreo y tajante, comentó que su gran capacidad de amar lo llevaba a dirigir tratando de lograr lo que llamaba la disciplina consciente. Persuadía, explicaba directamente pero si las tareas no se asumían con amor entonces exigía, sin maltratar, enfatizó. “Tenía, simplemente, un amplio concepto de la responsabilidad”, agregó.

Y parafraseó al poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén:…manda compañero, ordena amigo, al referirse a una de sus obras dedicadas al Comandante Guevara.

El Che consideraba al guerrillero como un reformador social que luchaba para poder transformar la sociedad; y según sus criterios, debía estar en capacidad de ser útil, acotó Villegas al ser interrogado sobre las metas que imponía a sus soldados.

La superación era cultural, debíamos dominar la historia y ser instruidos, y señaló que a esta actividad le dedicaba un tiempo especial.

Desarrolló en nosotros el sentido de la responsabilidad y la voluntariedad para trabajar con amor, para lo que creó escuelas en todos los campamentos, todo esto juega con el concepto de guerrillero como reformador social, reveló.

Con una mirada y una sonrisa Villegas va a sus memorias, y valoró su amistad con el Che más allá de un simple concepto. Contó que él y otros guerrilleros eran tratados como hijos, porque veían en su expresión el dolor al imponerles una sanción.

Rememoró uno de los pasajes que en ese sentido guarda con más celo: “Fue cuando cometí un error y se vio obligado a castigarme, y recuerdo cuando me mandó para la Cabaña, me dijo que yo no sabía lo que él sentía tener que mandarme allá pero no podía quedar en impunidad lo hecho”.

“Es lo que más me impactó porque en él noté que le resultaba más doloroso que a mí tener que tomar una medida y sancionarme, pero siempre puso por delante el principio de que nada quedara impune y aprecié que me tenía afecto y le dolía tener que tomar esa medida”.

Reflexionó además sobre las enseñanzas martianas acerca de la amistad que va más allá de compartir, y llega a la capacidad de sentir dolor o alegría junto a las penas o los éxitos del amigo.

Para todos los que de una forma u otra recibieron la presencia del Che, saber de su muerte, a manos de militares bolivianos en octubre de 1967, produjo un inmenso dolor pero Prensa Latina quiso saber por uno de los sobrevivientes de aquella gesta cómo se sintieron.

El Pombo narró que supieron de la muerte del Che “en el mismo combate, frente a la misma escuelita de la Higuera con un radio pequeño y un auricular primero conocemos que había sido herido y que lo intervenían quirúrgicamente en Santa Cruz de la Sierra”.

“Después desmintieron la noticia y dijeron que no era él sino uno de sus lugartenientes y la tercera noticia, un poco después, aseguró que sí, que estaba muerto”.

“Empiezan a dar datos; los dos relojes, las adargas, el abrigo que traía puesto; ya eso nos dio el convencimiento”.

“Ahí se nos cayeron las alitas del corazón, fue un golpe muy fuerte, nos sentimos muy tristes, muy mal, un poco desorientados; no hay palabras para describir realmente lo que nos pasó”.

“Pero había un problema: estábamos dentro del cerco, rodeados todavía por miles de soldados; reaccionamos y nos reorganizamos. Yo asumí la dirección del grupo y decidimos continuar la lucha”.

“Las ideas del Che no habían muerto porque las causas por las que peleábamos estaban latentes, por lo tanto había que continuar la lucha”.

Villegas ganó el seudónimo de Pombo durante la contienda del Congo, adonde viajó junto al Che y otros luchadores. Para identificarse, cada uno de los líderes cubanos recibieron como sobrenombres un número en lengua swahili.

Y así Víctor Dreke era Moya (1), José María Martínez, Mbili (2), el Che, Tatu (3) pero al llegar a Villegas el nombre quedaría algo como “chitininatato”, narró el interlocutor entre risas.

Con un diccionario de esa lengua africana en sus manos, el Che ubicó en la parte superior de una página la palabra Pombo Pojo, que significa néctar verde, ese apodo devino solo Pombo con el decursar del tiempo.

Llegar a tierras africanas junto al Che y otros combatientes, encerró para Villegas el compromiso de responder con agradecimiento al internacionalismo que recibimos.

Después de comprender la magnitud de ese sentimiento el revolucionario se dispone a entregarlo a otros, planteó.

Aunque el entrevistado hurgó en sus raíces y recordó que él nació en el pueblo de Yara, de la oriental provincia de Granma, donde se supone murió en la hoguera el indio Hatuey, de quien se dice no era cubano sino dominicano.

Asimismo, mencionó a otros héroes de las guerras de independencia de Cuba, entre ellos a Máximo Gómez y Henry Revee.

El internacionalismo es un principio de todos los cubanos y hoy tenemos médicos, maestros en todo el quehacer del continente como expresión de ello, manifestó.