Julio Férnández Bulté: Pensamiento claro y lúcido
								
				
				 El destacado profesor, jurista y politólogo cubano Julio  Férnández Bulté, fallecido en esta capital a los 71 años, educador por más de 40  años y autor de una veintena de textos, recibió el homenaje de estudiantes, profesores y personalidades del país.   Luego de tener  al Aula Magna de la Universidad de La Habana como última morada y recibir  guardias de honor y ofrendas florales en nombre Fidel Castro y del presidente  Raúl Castro, sus cenizas fueron esparcidas en la plaza Agramonte, de la casa de  altos estudios, donde fue Profesor de Merito.  Fernández Bulté  prestigió la Universidad de la Habana con su gallardía y pensamiento claro y  lúcido, que lo llevaron a defender de forma ardiente causas como la libertad de  los cinco antiterroristas cubanos, encarcelados en Estados Unidos, precisó el  rector de esa institución, Ruben Zardoya.  Como homenaje al  prestigioso intelectual, publico una entrevista exclusiva  difundida en 2004:      Cuba- Sociedad  civil: respaldo al gobierno sin tanques en las calles      Desde el  privilegio del debate, la reflexión, la crítica y la inquietud, la sociedad  civil cubana se transforma y se potencia constantemente, aseguró el profesor  titular de la Universidad de La Habana Julio Fernández Bulté.   En entrevista exclusiva con Prensa Latina, el  destacado especialista en leyes y politología explicó que en sus repetidos  ataques a Cuba, Estados Unidos califica a la sociedad civil en la isla como  anulada e inexistente, negando su capacidad organizativa y  renovadora.  Una llamada  Comisión de Ayuda para la Libertad de Cuba, que elaboró el plan aprobado por el  presidente George W. Bush, propuso entre sus medidas aumentar de siete a 29  millones de dólares el presupuesto supuestamente dedicado a potenciar y  desarrollar la sociedad civil cubana.  El plan  calificado por Fernández Bulté como el sueño de una noche de verano, pretende  destruir la Revolución y contempla además un paquete de restricciones que  afectan directamente a la familia cubana, no importa de qué lado del estrecho de  la Florida vivan.  Remontando el  tiempo, es en el siglo XVII cuando surge el concepto de sociedad civil. El  Hombre se organiza civilizada y políticamente.  Fernández Bulté  explicó además que, en el siglo XIX, con este término se producen cambios  importantes pues los liberales burgueses lo asociaron con un segmento de la  sociedad enfrentado en el campo político al Estado, lo cual reduce el sentido de  la sociedad civil.  Es el  pensamiento más avanzado de Carlos Marx el que brinda una visión diferente,  argumentó, pues la plantea como una organización de la familia, de la sociedad,  de los estamentos de las clases en correspondencia con una manera en la cual esa  sociedad produce, consume y distribuye.  Agregó que es la  forma de organización de la vida real y se corresponde con un estado que la  oficializa, por lo que no se inventa, ni se construye. Toda sociedad tiene una  sociedad civil.  En la historia  del concepto, Henry Kissinger, secretario de estado de Estados Unidos  (1973-1977), tuvo su papel protagónico, pues relanzó el término alrededor  del 1970 levantando para Europa del Este la idea y la política de enfrentar el  llamado estado totalitario, explicó el especialista.  Colocó así  frente a los gobiernos los sectores de oposición, entre ellos el sindicato  Solidaridad, a los que dio el nombre de sociedad civil. "La jugada le salió",  expresó Fernández Bulté, en su usual lenguaje ameno y  coloquial.  En 1995 Richard  Nuccio, asesor para Asuntos de Cuba y el Caribe, promulgó el uso de la Ley  Torricelli de 1992, para intensificar el bloqueo, indicó.  Pretendía así  destruir y dividir la sociedad civil cubana al promover el contacto pueblo a  pueblo, con el llamado Carril Dos de dicha ley. Pero, evidentemente, se le ha  descarrilado, apuntó.  Señaló que la  sociedad civil cubana se distingue por los cambios generados a partir de 1959  por la Revolución, que eliminó la sociedad civil del capitalismo, con sus males,  vicios y corrupciones. A partir de 1961 se configura una nueva con carácter  socialista, dijo.  La noción de  sociedad civil no está divorciada ni separada de la sociedad política. El  sistema político, el estado y la sociedad civil se interpenetran y se  intervinculan, argumentó.  Sobre las  organizaciones no gubernamentales (ONG), apuntó que no son sociedad civil sino  que identifican a segmentos de la misma.  Los ingenieros,  abogados, médicos, la gran parte de la población que se representan en los  grupos de masa como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la  Federación de Mujeres Cubanas (FMC), integran también la sociedad civil cubana,  destacó.   Refirió que en  Cuba están muy enraizadas las tradiciones revolucionarias, pues esta sociedad ha  sufrido transformaciones radicales.  Recordó que  cuando el derrumbe del campo socialista Cuba se quedó sola, al menos aquí en el  hemisferio occidental, y tuvo que abrirse al mercado internacional, al turismo y  a la inversión extranjera, y de alguna manera significó un tremendo impacto en  la sociedad civil cubana, pero preservó sus conquistas y su  identidad.  Al ser  interrogado sobre la forma en la cual partidos de derecha y fuerzas políticas  izquierdistas utilizan en sus luchas ese concepto, comparó que estos últimos  enarbolan la sociedad civil para enfrentarla a un Estado que no la representa  adecuadamente.   Añadió que las  de izquierda se oponen a quienes no representan a los subdesarrollados, a los  sin tierras, los negros, las minorías étnicas discriminadas, a la mujer y sus  derechos, los intereses y la voluntad de los pueblos, por lo cual la sociedad  civil se convierte entonces en un instrumento de lucha.  Como ejemplo  citó los Foros Sociales paralelos, donde se deja oír la voz de los pueblos, de  la sociedad civil que se revela contra las injusticias del capitalismo, los  cuales consideró más radicales y avanzados que las cumbres y reuniones  gubernamentales.   Por el  contrario, la derecha esgrime el concepto de sociedad civil para solidificar y  petrificar su forma de explotación o lanzar políticas como las de Kissinger o  Nuccio con vistas a enfrentarla a regímenes progresistas.  En Venezuela,  explicó, el estado oficializa la transformación de su sociedad civil mediante  campañas como Barrio Adentro y Misión Robinson, que brindan educación y salud  masivamente.  Aunque es un  término del que también se sirven las derechas, expresó, es un noble concepto de  izquierda, de los revolucionarios, de los pueblos del mundo.   Los principales  violadores de los derechos humanos son los que más hablan de ellos y no por eso  se dejan caer esas banderas, resaltó, lo mismo sucede con la sociedad civil, la  cual la ultraderecha politiza y manipula, expresó.  Fernández Bulté  refiere a Antonio Gramsci, como preclaro en cuanto al pensamiento de Marx, el  cual llenó de fecundidad, dijo, y señala que de acuerdo con él, una clase en el  poder ejerce la hegemonía no con la violencia, sino con el consenso logrado en  la población.  Los regímenes  sin respaldo popular son los que tienen que sacar los tanques a la calle todos  los días, subrayó, pues no tienen el dominio ideológico de la sociedad  civil.”
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